Urraca de Castille a. a. 1007 - Taolenn an diskennidi
Ur pennad tennet eus Rodovid BR, ar c'helc'hgeriadur digor.
eured: <2> ♂ w Ordoño IV de León [Astur] g. 924c a. a. 960
titl: 962, Princesse de Navarre
eured: <3> ♂ Sancho Garcés II de Pamplona (Navarra) [Jiménez dynasty] g. 935c a. a. Kerzu 994c
titl: 970, Reine de Navarre
titl: 972, Comtesse d'Aragon
marvidigezh: 1007
2
51/2 <1+1> ♀ Teresa de León [Astur]relijion: Monja
eured: <4> ♀ Velasquita Ramírez [Astur]
titl: 982 ≤ ? ≤ 984, Rey de Galicia
titl: 984 ≤ ? ≤ 999, rey de León
marvidigezh: Gwengolo 999
titl: Conde de Aragón, bajo el nombre de García III.
eured: <5> ♀ Ximena Fernandez [Núñez de Cea] g. 970 a. a. 1035
titl: 994 ≤ ? ≤ 1004, Rey de Pamplona
marvidigezh: 1004
La historiografía moderna le ha aplicado sin mayor fundamento el sobrenombre de “El Tremuloso”, “Trémulo” o “Temblón”, tomado de la cronística medieval que lo identificaba con su padre del mismo nombre. Fue el primogénito y sucesor de Sancho II Garcés y su esposa Urraca Fernández, hija del conde Fernán González de Castilla y viuda antes sucesivamente de dos reyes leoneses Ordoño III y Ordoño IV. Aparece documentado por primera vez a los siete años de edad como confirmante de una donación de sus padres al monasterio de San Millán de la Cogolla (14 de julio de 972). Se hizo cargo de la corona y la potestad regia (potestas regia) en los primeros meses de 994 cuando estaba próximo a cumplir su tercera década de vida, es decir, en la plena madurez isidoriana del hombre de aquella época. La monarquía pamplonesa y sus gentes como el resto de la España cristiana padecieron durante su vida un cúmulo creciente de inquietudes, sobresaltos y auténticos desastres que, sin embargo, no parece que se percibieran en las altas esferas eclesiásticas en clave escatológica como una “obsesión por el fin del mundo” a pesar de las copias del tratado escatológico de Beato de Liébana, el “Comentario del Apocalipsis”, existentes entonces en el tesoro librario de San Millán de la Cogolla. Con todo, para los dominios del Reino de Pamplona el período que tuvo como bisagra el cambio de milenio constituye asimismo un paréntesis de silencio cronístico, como si sus gentes estuviesen atravesando en aquellos años de pesadilla una especie de “túnel del tiempo histórico”, una penuria de informaciones autóctonas prolongada durante más de dos siglos. Ni siquiera se conocen, por ejemplo, las circunstancias ni el momento preciso del fallecimiento de Sancho II Garcés y mucho menos del de su hijo y sucesor, García II Sánchez, cuya figura se desvanece de la memoria histórica a partir del 999, como también, por ejemplo, las de su hermano Gonzalo y el obispo pamplonés Sisebuto, tan distinguido en la actualización escrita del acervo historiográfico y cultural pamplonés.
Después de más tres décadas de pugnas fratricidas y cruentas por la realeza incluso con injerencias musulmanas en ellas, se había reafirmado sobre el trono leonés Vermudo II (985). Había soportado este monarca las más profundas y asoladoras embestidas de las huestes del “mayordomo de palacio” o ḥāŷib cordobés Almanzor que desfilaron victoriosas por los núcleos de población más representativos del reino, como León, Astorga e incluso Compostela y su santuario del apóstol Santiago. De poco sirvió entre tanto la gallarda defensa de la frontera leonesa del curso superior del Duero protagonizada por el mencionado conde García Fernández de Castilla, vencido y muerto finalmente a manos de lo sarracenos (995). Y todavía en el mismo torbellino de calamidades falleció el propio Vermudo II (999) dejando un heredero menor de edad, Alfonso V, en el mismo año precisamente en que desaparecía sin dejar rastro su primo materno García II Sánchez, sucedido también por un hijo menor de edad, Sancho III Garcés el Mayor. Cuando García II Sánchez comenzó su breve reinado de apenas un lustro, la prórroga de la última tregua con los musulmanes había requerido poco antes la presencia en Córdoba (993) de un miembro de la familia regia, en este caso de su segundo hermano Gonzalo Sánchez, encargado de conquistar “el cariño” de Almanzor y dar pruebas cumplidas de obediencia. Se trataba de otro compromiso aparentemente amigable con Córdoba realizado por mera conveniencia y en circunstancias de evidente inferioridad militar. Resultaba una pausa más de humillación sin duda necesaria dentro de la línea política de oposición radical entre los dos irreconciliables espacios de civilización y cultura, cristiandad e islam. Y por esto tanto para la sociedad pamplonesa como para la leonesa no suponían tales negociaciones y acuerdos un repudio efectivo del programa de “liberación” cristiana de la Hispania irredenta. Desde sus altivas muestras de hegemonía, el todopoderoso ḥāŷib cordobés trataba por su lado de evitar las eventuales conjunciones de de sus enemigos natos basadas en los permanentes lazos de solidaridad religiosa y familiar. Con la desaparición de Sancho II Garcés la corte cordobesa debió de considerar cancelada la citada tregua renovada el año anterior tan precariamente como las anteriores. En todo caso, hacia principios del verano del propio año 994 la furia musulmana se desató redoblada por las riberas del Ebro y, desviándose hacia el norte, el ejército de Almanzor avanzó profundamente hasta los muros de la vieja ciudad de Pamplona, cuna simbólica y corazón del reino de su nombre, rendida al cabo solamente de cinco días de asedio. Las acostumbradas promesas de sumisión y lealtad política por parte de nuevo monarca lograron una vez más un breve alivio en los fragores bélicos. Cuando estaba a punto concluir el trienio habitual de la tregua (997) y al tener noticia del ataque contra Calatayud y la muerte de un prócer del linaje tuyibí que regía la gran región de Zaragoza por una partida de caballeros salida de los dominios pamploneses, respondió Almanzor con la matanza de medio centenar de cautivos del reino pirenaico retenidos en Córdoba como rehenes, uno de ellos hecho sacrificar a manos del niño de doce años ‘Abd al-Raḥmān “Sanchuelo”, el sobrino carnal por vía materna de García II Sánchez. Éste tuvo que avenirse a solicitar una nueva tregua y liberar a los presos musulmanes que se hallaban en su poder. En esta ocasión la paz solamente duró dos años y a continuación se sucedieron tres o, probablemente, cuatro campañas más. En una profunda embestida las huestes sarracenas remontaron el curso de los ríos Aragón o el Ega para volver a alcanzar sobre Pamplona, que en esta ocasión fue completamente arrasada (999) y no debió de quedar piedra sobre piedra de la iglesia catedralicia de Santa María, que sin duda había sido reconstruida después de las ruinas sembradas tres cuartos de siglo atrás por la famosa campaña de ‘Abd al-Raḥmān III. Al cabo de casi cien años más tarde todavía se iba a evocar patéticamente la desolación de la sede episcopal cuyo propio nombre había estado a punto de ser borrado de las páginas de la historia. De la siguiente campaña se sabe que discurrió por las “colinas de Pamplona”, es decir, de la región pamplonesa, y en ella entregada a las llamas cierta iglesia de Santa Cruz de ubicación actualmente desconocida. Las tropas musulmanas provenían de tierra castellana, en Cervera, cerca y al norte de Clunia (Coroña del Conde, Burgos), donde habían arrollado (1000, julio 29) a las fuerzas cristianas reunidas “desde Pamplona hasta Astorga” bajo el mando del nuevo conde castellano Sancho García, lo que permite pensar que los dos reyes cristianos, caudillos natos en semejantes tesituras, ya habían fallecido dejando además herederos menores de edad como se ha indicado. Los estragos se habían sucedido de tal forma que incluso se borró cualquier memoria sobre el momento y las circunstancias de la desaparición de García II Sánchez, prácticamente desconocido en las crónicas medievales. Como una probable muestra del desconcierto y hasta pánico general causado por semejante situación entre ciertas minorías del país, podría situarse en los dominios pamploneses el lugar de procedencia al menos de una buena parte de los monjes exiliados por aquellos años que, refugiados en la gran abadía borgoñona de Cluny, habían pedido al abad Odilón seguir en la comunidad anfitriona sus pautas litúrgicas de origen hispano-godo según noticia de un cronista borgoñón coetáneo. No debieron de ser, sin embargo, considerables las bajas sufridas por los miembros de la nobleza consagrados al oficio de las armas, pues su entrenamiento permanente y sus ágiles monturas les permitían escapar con relativa facilidad de las arremetidas del enemigo para refugiarse en las montañas cercanas. Cabe, por otro lado, suponer siquiera muy vagamente las angustias y pérdidas materiales de las poblaciones campesinas que, asentadas en núcleos próximos a las vías de comunicación preferidas en sus desplazamientos por el ejército enemigo, huirían despavoridas con sus mínimos ajuares y algunas cabezas de ganado hacia los montes más próximos, mientras las tropas cordobesas vaciaban los graneros, arrasaban las pobres viviendas e incendiaban los sembrados. Es muy probable, por lo demás, que el cuerpo del difunto monarca fuera inhumado en San Esteban de Deyo (Monjardín) donde con toda certeza descansaban los restos mortales de sus tres antecesores en la cúspide de la realeza pamplonesa. Habían ido desapareciendo sucesivamente también sus más próximos parientes varones, sus hermanos Ramiro y Gonzalo y, como su primogénito y sucesor Sancho III el Mayor sólo contaba con diez años de edad, debieron de encomendarse las funciones o potestad regia a su tíos segundos Sancho y García Ramírez, los más cercanos parientes masculinos que le quedaban. Pero en aquellos años de severa forja de su personalidad entre tantos aprietos y aflicciones, debieron de tenerlo continuamente a su lado, en mayor grado que nadie, las dos reinas viudas, su madre Jimena y, en especial, su abuela Urraca Fernández, tan baqueteada ésta en su larga y movida existencia y cuyo nombre de Urraca se había asignado a la única hermana, pues no es seguro que fuese también hermana suya la domna Sancha Sánchez que figura como confirmante detrás de sus tíos Sancho y García Ramírez en un diploma de 991.
Bibl.: E. Levi-Provençal, “España musulmana hasta la caída del califato de Córdoba (711.1031 d. C.)”, en R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España, IV, Madrid, Espasa Calpe, 1950 (5.ª ed. 1985), págs. 302 y 423-429; J. Pérez de Urbel, Sancho el Mayor de Navarra, Madrid, Institución Príncipe de Viana, 1950, págs. 13-21; A. Ubieto Arteta, “¿Dónde está el panteón de los primeros reyes pamploneses?”, en Príncipe de Viana, 19 (1958), págs. 267-277; M. Ali Makki, “La España cristiana en el diwan de Ibn Darray”, en Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, 30 (1963-1964), págs. 76- 79; J. Á. García de Cortázar, El dominio del monasterio de San Millán de la Cogolla (siglos X a XIII), introducción a la historia rural de Castilla altomedieval, Salamanca, Universidad, 1969; J. M.ª Lacarra, Historia política del reino de Navarra desde sus orígenes hasta su incorporación a Castilla, I, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1972, págs. 152-160; A. Cañada Juste, La campaña musulmana de Pamplona. Año 924, Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 1976; E. Benito Ruano, El mito histórico del año Mil, León, Colegio Universitario, 1979; L. Molina, “Las campañas de Almanzor a la luz de un nuevo texto”, en Al-Qantara, 2 (1981), págs. 209-263; J. Goñi Gaztambide, Historia de los obispos de Pamplona, I, Pamplona, EUNSA, 1979, págs. 110-114; M.ª J. Viguera, Aragón musulmán, Zaragoza, Librería General, 1981, págs. 121-133; A. Ubieto Arteta, Orígenes de Aragón, Zaragoza, Anubar Ediciones, 1989, págs. 203, 244, 299 y 307-317; A. Cañada Juste, “Las relaciones entre Córdoba y Pamplona en la época de Almanzor (977-1002)”, en Príncipe de Viana, 53 (1992), págs. 371-390; L. J. Fortún Pérez de Ciriza, Leire, un señorío monástico en Navarra (siglos IX-XIX), Pamplona, Institución Príncipe Viana, 1993, págs. 73-90; A. Martín Duque, “El reino de Pamplona”, Historia de España Menéndez Pidal, VII- 2, Madrid, Espasa Calpe, 1999, págs. 118-123; G. Martínez Díez, El condado de Castilla (711-1038). La historia frente a la leyenda, 2, Valladolid, Junta de Castilla y León-Marcial Pons Historia, 2005, págs. 517-576.
Ángel Martín Duque
http://dbe.rah.es/biografias/10261/garcia-ii-sanchez3
111/3 <3> ♂ Ordonho Bermudes de Leão [Leão]marvidigezh: 1009, Córdoba (Andalusia), Al-Andalus
titl: 1009, Califa de Córdoba
- "Abd al-Rahman Sanchuelo (983 – 3 March 1009), born and died in Córdoba, was the son of Almanzor
titl: 1004 - 1035, Король Наварры
titl: 1004 - 1035, Граф Арагона
eured: <6> ♀ Muniadona de Castilla [Castilla] g. 995 a. a. 1067
titl: 1029 - 1035, Король Испанцев
marvidigezh: 18 Here 1035
titl: 999 ≤ ? ≤ 1028, Rei de Leão
marvidigezh: 7 Eost 1028
Era hija de García II Sánchez, Rey de Navarra, y de la leonesa Jimena. Contrajo matrimonio con Alfonso V en el año 1023 poco tiempo después de la muerte de la reina Elvira Menéndez. A la celebración de estos esponsales se había opuesto el abad Oliva a quien el rey navarro Sancho el Mayor había consultado dado el parentesco de los contrayentes, ya que ambos eran biznietos de Fernán González. Al lado de Alfonso como Reina aparece el 13 de noviembre del año 1023 haciendo la donación al fiel notario regio Sampiro de Villaturiel que había pertenecido a Eicta Fossátiz y que perdió por haberse rebelado. Urraca acompañó en los tres años siguientes al rey Alfonso por tierras galaicas. Allí el 29 de octubre del 1024 agregaron la diócesis de Tuy que había quedado destruida por la penetración normanda del año 1015, a la diócesis de Santiago de Compostela. El 30 de agosto del año 1025 Alfonso y Urraca presiden el juicio habido entre el obispo de Lugo, don Pedro, y unas gentes de los alrededores de Braga sobre la condición ingenua o servil de dichas gentes. Luego, y a petición del mismo obispo lucense confirmaron a esta iglesia las posesiones que los Reyes sus predecesores le habían otorgado, pues se le habían quemado algunos diplomas.
Muerto Alfonso V ante los muros de Viseo en el año 1028, tuvo que hacerse cargo de la tutoría del joven Vermudo III que tenía tan sólo once años. Los desórdenes que se extendieron por todo el Reino en los inicios de este reinado fueron afrontados con fortaleza por la reina Urraca, como lo demuestra la lucha mantenida contra Oveco Rudesíndiz, que tenía la potestad sobre Lugo y otras partes de su territorio y que por ser primo de la reina Elvira Menéndez, había sido de los nobles más favorecidos por el rey Alfonso V. La reina Urraca le reclamó el territorio y, a pesar de la resistencia del conde galaico, pudo recuperarlo y dárselo a la Iglesia de Lugo. El 30 de diciembre del año 1028 Vermudo y Urraca daban a la Iglesia de Santiago y a su obispo Vistruario, que había sido padrino del joven Monarca, la tierra llamada de Carnota y la villa de Cordario. Al escriba de este documento se le deslizó el error, llevado quizá por la costumbre, de poner Vermudo junto con mi esposa Urraca, Reina, lo que llevó a algunos cronistas antiguos a atribuirle a Vermudo un matrimonio que en realidad no existió, pues era su madrastra. En otros documentos Vermudo llamó a Urraca su tía. Así lo hizo cuando el 31 de mayo del año 1030 ambos cambiaron varias propiedades con el Monasterio de Santa María de Obona, o cuando al año siguiente dieron a Fruela Muñoz, conde del Alto Órbigo, la villa de Regos que había sido de la reina Elvira García, madre de Alfonso V.
Durante estos años, apoyada por su madre Jimena, Urraca participó activamente en las acciones de gobierno. En 1032 concertó el matrimonio de su sobrino Fernando, segundo hijo de Sancho el Mayor de Navarra, con la hermana de Vermudo, Sancha, la malograda prometida del infante García. En mayo de este año Vermudo con “mi amita la reina Urraca”, dio Villavente con todas sus pertenencias como las habían tenido sus antepasados, al obispo leonés Servando. Poco después aparece Vermudo con la reina Urraca en Santiago de Compostela, a cuya Iglesia concedieron los bienes que fueron de Sisnando Galiárez, nieto de Menendo González, que junto con sus hermanos mató, depredó villas enteras, realizó raptos y se apoderó de muchos bienes. Los desórdenes y levantamientos nobiliarios de los años de 1032 y 1033 iban a hacer posible la llegada a León de Sancho el Mayor. No se sabe si vino para tutelar los derechos de su hermana Urraca y de Vermudo, o llevado por sus afanes imperialistas.
Hasta principios del año 1035 Urraca continuó titulándose reina de León. En febrero de este año Vermudo aparece ya casado con Jimena y el papel de Urraca se vio eclipsado. Con ella habían venido de la Corte navarra varias damas, entre otras, María Velázquez, que llegó a tener una fortuna importante con la que construyó un Monasterio, el de San Pedro y San Pablo, junto a la Puerta del Conde de la capital leonesa y al que dotó muy espléndidamente.
Bibl.: P. E. Flórez, España Sagrada, t. XXXV, Madrid, Antonio Marín, 1784; P. M. Risco, Historia de la ciudad y corte de León y de sus reyes, Madrid, Oficina de Blas Román, 1792; Fr. J. Pérez de Urbel, Historia del Condado de Castilla, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1945; Sancho el Mayor de Navarra, Madrid, 1950; España cristiana 711-1038, Madrid, Espasa Calpe, 1956; J. M. Lacarra, “La intervención de Sancho el Mayor en el Condado de Castilla y en el reino de León”, en VV. AA., Homenaje a J. E. Uranga, Pamplona, 1971, págs. 31-43; L. Núñez Contreras, “Colección diplomática de Vermudo III, Rey de León”, en Historia, Instituciones, Documentos, 4, Sevilla, 1978, págs. 381- 515; J. M.ª Fernández del Pozo, “Alfonso V, Rey de León. Estudio Histórico-Documental”, en León y su Historia, t. V, León, Centro de Estudios e Investigación San Isidoro (CEISI), págs. 10-262; J. M. Ruiz Asencio, Colección documental del Archivo de la Catedral de León (986-1031), León, CEISI, 1987; M. Herrero de la Fuente, Colección diplomática del monasterio de Sahún II, (1000-1073), León, CEISI, 1988; J. M. Ruiz Asencio, Colección documental del Archivo de la Catedral de León (1032-1109), IV, León, CEISI, 1990; J. Rodríguez Fernández, La monarquía leonesa, El reino de León en la Alta Edad Media, León, CEISI, 1995, págs. 129-413; J. M.ª Fernández del Pozo, Alfonso V (999-1028). Vermudo III (1028-1037), Burgos, La Olmeda, 1999.
José María Fernández del Pozo
http://dbe.rah.es/biografias/34376/urraca-garces4
eured: <8> ♀ Inès d'Aquitaine [Aquitaine] g. 1052 a. a. 1089
titl: 1035, Король Арагона
titl: 1036, Roi de Ribagorce et de Sobrarbe
eured: <9> ♀ Ermesinda of Bigorre Foix [Foix] a. a. 1049, Jaca, Spain
marvidigezh: 8 Mae 1063
eured: <15!> ♂ Фердинанд I (Великий) Кастильский [Хименес] g. 1016 a. a. 1065
marvidigezh: 7 Du 1067
titl: 1047, Conde
marvidigezh: 1057, Lamego, Muerto en combate en el sitio de Lamego
eured: <10> ♀ Estefanía de Foix [Foix] a. a. 1066
titl: 1035 - 1054, Rey de Pamplona.
marvidigezh: 15 Gwengolo 1054, Atapuerca
Se le aplica como sobrenombre “el de Nájera”, al parecer por hallarse en esta ciudad su “corte” o mansión proferida entre las varias con que contaban los monarcas habitualmente itinerantes en aquella época.
Como primogénito de Sancho III Garcés “el Mayor”, fallecido el 18 de octubre de 1035, tomó el título de “rey pamplonés” (rex Pampilonensis) que había lucido su padre hasta el final de sus días. Y le correspondió por vía de herencia indivisible la totalidad del patrimonio regio de su padre, es decir, el ámbito complejo de poder público (terra o dominium regis) sobreañadido un siglo atrás al núcleo originario de la “Navarra primordial” o región propiamente pamplonesa o arva Pampilonensis como consta en la adición de la Crónica Albeldense recogida en el Códice Rotense depositado actualmente en la Real Academia de la Historia (Códice 78). A estos valles y cuencas del Pirineo occidental hispano y sus contrafuertes exteriores se añadían la “tierra najerense” o actual Rioja excepto Calahorra y el valle del Cidacos, así como el antiguo condado de Aragón que comprendía la cabecera intra-pirenaica de los ríos Aragón y Gállego. En este conglomerado de tierras y gentes —apenas 16.000 kilómetros cuadrados, diez veces menor que la extensión de la gran monarquía leonesa—, subsistían dos círculos tradicionales de vasallos directos del monarca (fideles regis), la alta aristocracia de “barones” o “señores Pamploneses y Aragoneses” (seniores Pampilonenses et Aragonenses), aprestados permanentemente para la guerra contra los considerados entonces enemigos por excelencia del nombre cristiano, los musulmanes usurpadores todavía de una considerable porción del territorio hispano, circunstancia que conviene tener en cuenta para explicarse los destinos de los respectivos ámbitos de poder público. A Ramiro, el primogénito extramatrimonial, equiparado a los hijos canónicamente legítimos, le asignó Sancho el Mayor el conjunto homogéneo de distritos u honores comprendidos entre la cabecera del río Alcanadre y el curso del Aragón cerca de Sangüesa (de Matidero usque ad Vadum Longum), es decir, los límites del antiguo condado aragonés algo ampliados en su costado occidental hasta Valdonsella, exceptuadas significativamente las dobles “tenencias” de Ruesta-Petilla y Samitier-Loarre, enclaves reservados para García y Gonzalo respectivamente. Le añadió además los rendimientos de una polvareda de “villas”, diecisiete en la región pamplonesa, cuatro en la najerense y otra en Castilla. Se trataba de una encomendación sin duda considerable y con carácter perpetuo (per secula cuncta) o al menos vitalicio, aunque dejaba a salvo los derechos eminentes del heredero del reino, García. La dotación de Gonzalo, el tercero de los hermanos legítimos, a quien, como se acaba de indicar, había reservado su padre la doble tenencia aragonesa de Samitier-Loarre, comprendía principalmente Sobrarbe y Ribagorza, es decir una zona donde cabe entender que se yuxtaponían en cierto modo la herencia paterna del anejo sobrarbense de Aragón y la materna de Ribagorza, aunque a Sancho el Mayor correspondían derechos de conquista sobre la zona nuclear de este condado que se había encargado de recuperar de manos musulmanas. Gonzalo pasó probablemente a desempeñar también allí, a manera de “régulo” (regulus), como consta en algún documento, prerrogativas de gobierno emanadas teóricamente de la autoridad regia de García. De cualquier modo, su figura se desvaneció rápidamente del escenario histórico en circunstancias un tanto oscuras y su hermanastro Ramiro pasó a ocupar aquella excéntrica parcela de poder.
Del legado materno García se hizo cargo de la porción originaria del condado castellano, la “Castilla Vieja” (Castella Vetula) y con ella la antigua demarcación condal de Álava y sus apéndices vizcaíno y durangués. El nuevo monarca pamplonés adquiría de este modo los rendimientos pero asimismo las funciones propias de un conde, rango que formalmente lo convertía en vasallo del Rey de León, como su hermano Fernando a quien, tras haber cooperado con sus progenitores en el gobierno de todo el condado, habría correspondido ahora la “Castilla Nueva”, burgalesa y duriense. Sin embargo, el enfrentamiento armado su cuñado Vermudo III, muerto en la batalla de los campos de Tamarón (4 de septiembre 1037), convirtió al propio Fernando en nuevo soberano de León por virtud de su matrimonio con la heredera Sancha. Conviene valorar en cuanto cabe las disposiciones temperamentales de los protagonistas de estos acontecimientos y a este respecto es posible que el Monarca difunto hubiese previsto que su hijo natural Ramiro, el de mayor edad y presumiblemente el más juicioso, fuera en cierto modo mentor de sus hermanastros y a ello obedecería la generosa dotación de Sancho el Mayor hizo a su favor, aunque obligándole a jurar fidelidad al primogénito legítimo en términos análogos probablemente a los que pronunciarían los “barones”. No parece casual que García tomara por esposa a Estefanía (1038), hermana de la Gilberga-Ermesinda, con la que precisamente dos años antes había contraído matrimonio Ramiro, nueva relación de parentesco que siquiera por afinidad pudo pretender reforzar los lazos de sangre por nacimiento. Ambas esposas eran hijas del conde Bernardo Roger de Foix-Couserans y de Garsinda, heredera del condado de Bigorra, así como sobrinas de Ermesinda, viuda del conde barcelonés Ramón Borrell. Ambos impusieron a su primogénito legítimo el nombre que correspondía, es decir, el de su padre Sancho, el mismo curiosamente que habían asignado, acaso previsoramente, a sus respectivos hijos prenupciales. Por otra parte García dio a dos de sus hijos menores los nombres de sus hermanos, Ramiro y Fernando, respectivamente, y al tercero el de Raimundo, de claras connotaciones barcelonesas, igual que el de una de las hijas, Ermesinda. La insólita orientación transpirenaica de ambos matrimonios alteraraba, siquiera por vía barcelonesa, la tradición conyugal ponentina, castellano-leonesa, de la descendencia de Sancho I Garcés, una trama hasta entonces fuertemente endogámica.
Quizá por causa de los dominios de Gonzalo en Sobrarbe y Ribagorza o, de todas formas, por la dificultad de una armonización precisa de los respectivos grados de competencia, pudo producirse algún roce armado de García con Ramiro, como en la llamada “arrancada” de Tafalla, documentada en agosto de 1043 a propósito del caballo perdido en ella por el régulo aragonés, aunque la tónica general fue de amistad y cooperación entre ambos hermanastros y ahora también concuñados. Ramiro frecuentó la curia pamplonesa y desde 1044 prestó los servicios propios (consilium et auxilium) de un magnate pamplonés, en este caso con sangre regia y potestad vicarial sobre el cúmulo inusitado de distritos u honores ya aludido. La relación de parentesco con el conde barcelonés quizás había estimulado la actividad intimidatoria y agresiva de García contra la taifa de Zaragoza, en la que el régulo Tuŷībī había sido desplazado por su lugarteniente Sulaymān al-Musta‘īn (1038-1046), del clan yemení de los Banū Hūd. Enfrentado este último con el régulo Yaḥyā b. Ḏī-n-Nūn de Toledo, que recabó la ayuda pamplonesa, García devastó la frontera zaragozana y, como resultado, fue liberada de manera definitiva la “preclara urbe” de Calahorra, “arrebatada de manos de los paganos y [restituida] a la jurisdicción de los cristianos” como se proclama en un documento coetáneo, una empresa en que se ha considerado probable la cooperación de Ramiro de Aragón y con la monarquía pamplonesa completaba las ganancias logradas poco antes en el mismo valle del Cidacos como las plazas de Arnedo, Quel y Autol. El monarca dotó inmediatamente con toda solemnidad la antigua sede episcopal de Santa María y los santos mártires Emeterio y Celedonio (30 abril 1045) que sustituía ahora a la erigida transitoriamente en Nájera tras su conquista por Sancho I Garcés .
Parecía haberse reactivado la restitución cristiana del país frente a los “paganos” conforme al gran proyecto político originario de la monarquía pamplonesa, pero estos afanes quedaron enseguida contaminados por los estímulos meramente dinerarios. Las acciones bélicas se limitarán en adelante a apoyar a una u otra de las facciones enemigas buscando de manera preferente los rendimientos económicos mediante la percepción regular de “parias”, como parece demostrar, por ejemplo, la donación de sus diezmos a Santa María de Nájera. Consta, por ejemplo, que aprovechando las discordias suscitadas por la muerte del citado Sulaymān al-Musta‘īn (1046), el rey García se había hecho pagar su nueva injerencia en los asuntos zaragozanos (1051), en este caso a favor de Yūsuf al-Muẓaffar, gobernador de Lérida, opuesto a su hermano Aḥmad al-Muqtadir, como por cierto habían hecho también su hermanastro Ramiro de Aragón y el conde Ramón Berenguer I de Barcelona. De este modo durante casi cuarenta años iba a permanecer estacionario el frente pamplonés con el islam y prácticamente desvaído el ideal de reconquista en una orientación política más bien oportunista y, por otra parte, peligrosa para la estabilidad de un cuerpo social aparejado tradicionalmente con vistas a las ganancias en la pugna con el enemigo ancestral de su fe religiosa, los sarracenos tachados de “paganos” sin ninguna especie de matizaciones. Volviendo a la cuestión, escasamente documentada, de las porciones del condado de Castilla encomendadas desde el primer momento al nuevo monarca pamplonés, se ha supuesto que en un primer momento debió de hacerse cargo de las tierras de Oca y Álava y que solamente después de la citada batalla de Tamarón se habrían extendido estos dominios a toda la llamada entonces “Castilla Vieja” (Castella Vetula) hasta el límite occidental de Cudeyo, Tedeja y Monasterio de Rodilla, en “reparto amigable del antiguo condado” y como premio de la ayuda prestada a su hermano Fernando, explicación que quizá no casa muy bien con el pensamiento político de la época. Mientras no haya mayores aportaciones documentales, quizá sería más lógico presumir, según se ha hecho notar ya que a García, como primogénito, correspondiera desde un principio la porción nuclear del condado materno, pues la expresión “Castilla Vieja” debe entenderse en sentido extensivo, con inclusión, por ejemplo, del condado alavés y sus anejos costeros según se ha señalado. En las cambiantes referencias territoriales que complementan las cláusulas de datación, los diplomas salidos de la curia regia no dejan de consignar nunca Pamplona, pero varían en las demás especificaciones de índole regional, Nájera, Castilla, Alava y, finalmente, Vizcaya, o incluso algunas ocasionalmente locales. En todo caso, si García y Fernando habían pasado a compartir las funciones condales en aquella amplia dependencia regia de León y, a partir de la muerte de Vermudo III, el monarca pamplonés se convertía en teórico vasallo de su hermano menor por razón de la citada “Castilla Vieja”. Esta contradicción pudo alimentar sentimientos que el anónimo cronista de Silos reputaba un siglo después como envidia, maquinación de asechanzas, búsqueda de la guerra abierta, sed “de la sangre fraterna” (fraternum sanguinem sitiens). Sin embargo, no faltan noticias sobre la presencia de Fernando en la curia del monarca pamplonés, por ejemplo con motivo de la confirmación (1044) de la dotación del monasterio de San Julián de Sojuela, quizá en el curso de una entrevista para solventar sus posturas antagónicas en las guerras entre los régulos moros de Zaragoza y Toledo, y de nuevo coincidieron ambos reyes en la solemne dotación fundacional de Santa María de Nájera (12 de diciembre de 1052). No se conocen con detalle las actitudes concretas del sector de la aristocracia castellana que había quedado bajo la obediencia directa de García, así como la distribución realizada por éste del nutrido conjunto de distritos o “mandaciones” de su jurisdicción originariamente vicarial en aquel territorio. Con todo, llama la atención, por ejemplo, que entre las “mandaciones” cuyas rentas fueron vinculadas por el monarca en 1040 a la dote de su esposa Estefanía, más de la mitad se ubicaran en la franja occidental de la “Castilla Vieja” como Colindres, Soba, Mena, Castrobarto, Tedeja, Briviesca, Monasterio, Oca y Alba. Resulta, por otra parte, normal que García las asignara a mandatarios o “tenentes” de acreditada fidelidad, algunos de ellos de linaje pamplonés y en detrimento, por tanto, de la nobleza local, algunos de cuyos miembros tenían intereses patrimoniales también en los dominios de Fernando. Se ha pensado por ello que su autoridad “se asentaba sobre bases poco firmes” y que quizá trató de reforzarla mediante una reorganización eclesiástica de la zona. Aunque subsistió el obispado de Álava, el rey pamplonés habría sustraído a la diócesis de Valpuesta un conjunto de iglesias para enmarcarlas en la de Nájera-Calahorra (1052). La expansión en la misma dirección del dominio del monasterio de San Millán de la Cogolla parece que tuvo, al menos en parte, análoga intencionalidad política. Probablemente trataba García de interpretar así sus dominios castellanos como un ensanchamiento de la órbita de soberanía pamplonesa, pero las fuerzas nobiliarias de aquellos confines, tradicionalmente encuadradas en el Reino de León, siquiera a través de la anterior instancia condal castellana, debieron de exasperarse hasta provocar el enfrentamiento armado. Los textos cronísticos de signo claramente castellano se iban a recrear al cabo de un siglo en la narración de detalles sobre los supuestos prolegómenos del conflicto, como las provocadoras devastaciones fronterizas de García, su iracunda negativa ante los intentos de mediación e incluso la defección de algunos de sus caballeros, perjudicados en la asignación de “honores” hasta llegar; como fatal desenlace, a la muerte del monarca pamplonés, escudado fielmente hasta el último suspiro por su antiguo ayo o “eitán” Fortún Sánchez, en el campo de batalla de Atapuerca (1 septiembre de 1054) frente a su hermano el rey leonés Fernando. Lo había conducido a este final probablemente su talante altanero e impetuoso aparte de los probados testimonios de su codicia, legado genético que se iba a acentuar en la persona de su desdichado hijo Sancho IV Garcés “el de Peñalén”.
De su matrimonio con Estefanía (1038) dejaba cuatro hijos, el referido Sancho IV Garcés, Ramiro, Fernando y Raimundo, y otras tantas hijas, Mayor, Urraca, Ermesinda y Jimena. En su unión extramatrimonial con una mujer de nombre desconocido había engendrado a Sancha y Mencía, así como a Sancho, padre del conde Sancho Sanz y con ello abuelo del futuro rey pamplonés García Ramírez al cabo justamente de ochenta años.
Bibl.: R. Menéndez Pidal, “El ‘Romanz del infant García’ y Sancho de Navarra antiemperador”, Historia y leyenda, Madrid, Espasa Calpe, 1934, págs. 29-98; J. M. Ramos Loscertales, “La sucesión del rey Alfonso VI”, en Anuario de Historia del Derecho Español, 13 (1936-1941), págs. 36-99; P. Kehr, “El papado y los reinos de Navarra y Aragón hasta mediados del siglo XII”, en Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, 2 (1946), págs. 74-113; A. Ubieto Arteta, “Episcopologio de Álava (siglos IX-XI)”, en Hispania Sacra, 6 (1953), págs. 37-55; J. M.ª Lacarra, “Aspectos económicos de la sumisión de los reinos de taifas (1010-1102)”, en Homenaje a J. Vicens Vives, I, Barcelona, Universidad, Facultad de Filosofía y Letras, 1965, págs. 255-277; “Honores y tenencias en Aragón. Siglo XI”, en Cuadernos de Historia de España, 45- 46 (1967), págs. 151-190 (reimp. Colonización, parias, repoblación y otros estudios, Zaragoza, Anubar Ediciones, 1981, págs. 111-140); Ch. J. Bishko, “Fernando I y los orígenes de la alianza castellano-leonesa con Cluny”, en Cuadernos de Historia de España, 47-48 (1968), págs. 115-116; R. Menéndez Pidal, La España del Cid, I, Madrid, Espasa Calpe, 1969 (7.ª ed.), págs. 123-163; J. A. García de Cortázar, El dominio del monasterio de San Millán de la Cogolla (siglos X a XIII), introducción a la historia rural de Castilla altomedieval, Salamanca, Universidad, 1969; S. Sobrequés i Vital, Els grans comtes de Barcelona, Barcelona, Editorial Vicens Vives, 1970, págs. 15-52; S. de Moxó y Ortiz de Villajos, “Castilla, ¿principado feudal?”, en Revista de la Universidad de Madrid, 19-3 (1970), págs. 229-257; J. M.ª Lacarra, Historia política del reino de Navarra desde sus orígenes hasta su incorporación a Castilla, 1, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1972, págs. 254-274; A. Ubieto Arteta, Los “tenentes” en Aragón y Navarra en los siglos XI y XII, Valencia, Anubar Ediciones, 1973; J. A. García de Cortázar, “La organización del territorio en la formación de Álava y Vizcaya en los siglos VIII a fines del XI”, El hábitat en la historia de Euskadi, Bilbao, Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro, 1981, págs. 135-155; M.ª J. Viguera, Aragón musulmán, Zaragoza, Librería General, 1981, págs. 149-160; J. A. García de Cortázar, “La sociedad guipuzcoana antes del fuero de San Sebastián”, en El Fuero de San Sebastián y su época, San Sebastián, Sociedad de Estudios Vascos, 1982, págs. 89-111; “La sociedad alavesa medieval antes de la concesión del fuero de Vitoria”, en Vitoria en la Edad Media, Vitoria-Gasteiz, 1982, págs. 89-114; “Espacio y poblamiento en la Vizcaya altomedieval: de la comarca al caserío en los siglos XI al XIII”, en Estudios en memoria del prof. D. Salvador de Moxó, Madrid, Universidad Complutense, 1982, págs. 348-366; E. de Mañaricúa, Vizcaya, siglos VIII al XI. Los orígenes del señorío, Bilbao, Universidad de Deusto, 1984, págs. 261-269; B. F. Reilly, El reino de León y Castilla bajo el rey Alfonso VI, Toledo, Instituto de Estudios Visigótico- Mozárabes, 1989, págs. 23-56; A. Ubieto Arteta, Listas episcopales medievales, I, Zaragoza, Anubar Ediciones, 1989, págs. 82 y 242; A. Martín Duque, “El reino de Pamplona, 1029-1076”, en A. Martín Duque (dir.), Gran Atlas de Navarra. II. Historia, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1990, pág. 53; L. J. Fortún Pérez de Ciriza, Leire, un señorío monástico en Navarra (siglos IX-XIX), Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 1993, págs. 73-103; G. Martínez Díez, “Los condados altomedievales: Castilla, Monzón y Carrión”, Actas del III curso de cultura medieval. Aguilar de Campoo, 1991, Madrid, Centro de Estudios del Románico, 1993, págs. 115-125; D. Mansilla Reoyo, Geografía eclesiástica de España. Estudio histórico-geográfico de las diócesis, II, Roma, Instituto Español de Historia Eclesiástica, 1994, págs. 196- 197; M. A. Ladero Quesada, “León y Castilla”, y A. Martín Duque, “Navarra y Aragón”, en Historia de España de Menéndez Pidal, IX. La reconquista y el proceso de diferenciación política (1035-1217), Madrid, Espasa Calpe, 1998, págs. 64-86 y págs. 257-279, respect.; M. Torres Sevilla-Quiñones de León, Linajes nobiliarios de León y Castilla, siglos IX-XIII, Salamanca, Junta de Castilla y León, 1998; M.ª J. Viguera, “Las taifas”, Los reinos de taifas. Al-Andalus en el siglo xi. VIII. Historia de España de Menéndez Pidal, Espasa Calpe, Madrid, 1999; Á. Martín Duque, Sancho III Garcés “el Mayor”, Rey de Pamplona, Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 2006.
Ángel Martín Duque.
http://dbe.rah.es/biografias/10266/garcia-iii-sancheztitl: Infante de León
titl: 1042?, Alférez del rey de León
Segundo de los hijos varones del matrimonio formado por los infantes Cristina Vermúdez y Ordoño Ramírez, nacidos respectivamente de Vermudo II y Ramiro III de León, Ordoño Ordóñez aparece en la Corte leonesa en tiempos de Fernando I y doña Sancha.
Alférez real en 1042 y 1043, recibió de manos de Fernando I el gobierno de Palenzuela, en las tierras orientales del reino, fijando allí su residencia entre 1048 y su muerte. No obstante, la documentación conserva su memoria en repetidas ocasiones, tanto en los diplomas reales como en otros más vinculados con el territorio burgalés, hasta su desaparición de los registros documentales en torno a una fecha tan significativa para la historia de León y Castilla como 1072, año de la muerte en Zamora de Sancho, señor de Castilla. A partir de este momento, su memoria se diluye.
De su matrimonio con una dama castellana nacieron algunos de los personajes más célebres del reinado de Alfonso VI, como el conde de Nájera García Ordóñez, que protegió con su vida al infante Sancho en Uclés y que aparece en la épica cidiana como el adversario más enconado del caballero de Vivar, o Rodrigo Ordóñez, conde y alférez real, sin olvidar a la dama María Ordóñez, progenitora de uno de los linajes asturianos más relevantes del Medioevo y del cual nació una reina de Navarra, conocida con el sobrenombre de Urraca la asturiana.
Bibl.: A. Sánchez Candeira, “La reina Velasquita de León y su descendencia”, en Hispania, XL (1950), págs. 449-505; M. Torres Sevilla, Linajes nobiliarios de León y Castilla (siglos ix-xii), Salamanca, Junta de Castilla y León-Gráficas Varona, 1999, págs. 97-101, 103, 105-106, 447 y 498.
Margarita Torres Sevilla-Quiñones
http://dbe.rah.es/biografias/58484/ordono-ordonez5
381/5 <15> ♂ Múnio Fernandez [Fernandez]titl: 1097, Conde de Bierzo
marvidigezh: 1101, Léon
titl: I Señor de Ayala.
eured: <13> ♀ Juliana de Íñiguez [Íñiguez]
titl: 1065, Roi de Castille
marvidigezh: 1075
titl: 1054 - 1076, Rey de Pamplona.
marvidigezh: 4 Mezheven 1076
titl: 1065, Rey de León.
titl: 1072, Rey de Castilla.
titl: 1085, Conde de Portugal.
titl: 1090
marvidigezh: 1 Gouere 1109, Tolède
titl: 1063
eured: <16> ♀ Isabel d'Urgell [Urgell]
torr-dimeziñ: <16!> ♀ Isabel d'Urgell [Urgell]
eured: <17> ♀ w Félicie de Montdidier-Roucy [Montdidier-Roucy] a. a. 3 Mae 1123
titl: 1076, Roi de Pampelune
marvidigezh: 4 Mezheven 1094
marvidigezh: 17 Gouere 1186
marvidigezh: 1065
titl: Conde
darvoud 1: Lucho contra el Cid y fueron enemigos declarados.
titl: Ayo, del infante Sancho Alfónsez, hijo del rey Alfonso VI de León
titl: Señor de Calahorra
titl: 1070, Tenente de Pancorbo, (1070)
eured: <41!> ♀ Urraca Garcés [Jimena]
titl: 1085, Tenente de Calahorra, (1085)
titl: 1089, Tenente de Grañón, (1089)
titl: 1092, Tenente de Madriz, En la Rioja (1092)
marvidigezh: 29 Mae 1108, Uclés, Cuenca, Castilla-la Mancha, España, Fallecido en la Batalla de Uclés
Fue uno de los personajes más relevantes en el entorno de Alfonso VI (1065-1109) y conde gobernador de La Rioja durante cerca de treinta años. Se desconoce la fecha de su nacimiento, que pudo producirse hacia 1062-1063, siendo de edad semejante a la del Cid. Las fuentes cristianas le denominan, en ocasiones, el Crespo de Grañón y García de Cabra, y las musulmanas, Boca torcida. Pertenecía a una familia enraizada en los territorios del norte y nordeste de Castilla, y su padre, Ordoño Ordóñez, figura en los diplomas de Fernando I —con el rango de alférez (armiger regis) en el año 1042— y suscribe varios de Sancho II (1065-1072). Padre e hijo confirman juntos en el diploma de dotación por Sancho II de la sede episcopal de Oca (18 de marzo de 1068). Entre los años 1067 y 1070, García Ordóñez figura como gobernador de Pancorbo, fortaleza castellana que el rey Sancho II había reintegrado a Castilla a expensas de Navarra. Eran los inicios de la carrera de quien llegó a ser una figura clave en el complejo proceso de ampliación y ajuste de límites del sector oriental de Castilla, que tuvo lugar a finales del siglo xi. La adhesión de García Ordóñez a Alfonso VI en 1072, cuando se produjo el asesinato de Sancho II, debió de ser inmediata y sin condiciones. A partir de esa fecha, comparece en sesenta y tres diplomas reales, cifra sólo superada por el magnate Pedro Ansúrez. Consta que fue alférez del rey castellano-leonés durante un corto período de tiempo, a lo largo del año 1074. Tuvo varios hermanos, de los que destacan Rodrigo Ordóñez, que fue también alférez de Alfonso VI entre 1081 y 1085, y otorgó en 1092 una amplia donación a la Catedral de Burgos, en la que se hace constar su parentesco con García; y Teresa Ordóñez, casada con Alvar Díaz, otro personaje relevante, que fue tenente de Oca entre 1089 y 1107 y figura en más de treinta diplomas alfonsinos a partir de 1073. Una hija de García Ordóñez estuvo casada con Sancho Sánchez, personaje de familia real, que ostentó el título de conde de Navarra o de Pamplona.
La incorporación a Castilla de La Rioja —el condado de Nájera-Calahorra o regnum najerense, según se cita en los diplomas de la época—, acaecida en 1076, tras el asesinato de Sancho IV de Navarra, constituyó un acontecimiento decisivo en la carrera de García Ordóñez. Su nombre no figura en el fuero de Nájera, ni en la confirmación del fuero de Calahorra, otorgados por Alfonso VI ese mismo año, pero en 1077 aparece, en dos diplomas de La Rioja, un García “conde en Nájera”, en el que se ha visto tradicionalmente a García Ordóñez (Sandoval, Moret, Menéndez Pidal). Hasta la muerte del rey navarro, había ejercido el gobierno sobre Nájera Íñigo López, señor de Vizcaya, a quien Alfonso VI se lo habría quitado para hacer entrega de él a García Ordóñez. Autores más recientes (Reilly) estiman probable que el referido García, conde Nájera en 1077, fuese en realidad García Jiménez o Íñiguez, hijo del señor de Vizcaya. Según esa hipótesis, plausible, el nombramiento de García Ordóñez como conde y tenente de La Rioja, que sólo se documenta de forma segura a partir de 1080, habría tenido lugar en el año 1077 a raíz de un segundo viaje de Alfonso VI a La Rioja, con el fin de consolidar su autoridad en la zona. También por entonces García Ordóñez contrajo matrimonio con Urraca de Pamplona, hermana del extinto rey navarro, un enlace de contenido netamente político, en el que se presiente la intervención del rey castellano. En los diplomas figuran ambos consortes desde 1081. Poco después, tras la muerte en la batalla de Rueda (1083) de su cuñado Ramiro, hermano también de la condesa Urraca, García Ordóñez recibió el gobierno de la tierra de Calahorra, y con él el control de La Rioja en su conjunto. A partir de 1089 porta también el título de señor de Grañón. Un documento de 1103 le denomina “Comite Garsia, dominante Calagurra, et Naiera et Granioni”. García Ordóñez hizo gala de eficacia en circunstancias que eran delicadas, y supo granjearse el favor incondicional del Rey. En el preámbulo del fuero de Logroño (1095), tras señalarse que él y su esposa Urraca habían fundado aquella villa real y recomendaron a Alfonso VI que otorgase el fuero, el Rey se refiere a ellos en términos singularmente encomiásticos: de García afirma que era “comes fidelissimus” y, de ambos esposos, que eran “gloria de mi reino”.
En los diplomas reales, y, por tanto, en el círculo de la Corte, la presencia del conde Ordóñez se intensifica a partir del año 1087, y no cesa hasta su muerte acaecida en la batalla de Uclés (1108). Disponía de patrimonio fuera de La Rioja, y, así, en 1095 concedía fuero a Fresnillo de las Dueñas, en las proximidades del Duero. Fue García Ordóñez agente activo de las aspiraciones de su Rey en dirección al Ebro. En torno al año 1095 promovió, según se ha dicho, la repoblación de Logroño, en el punto más estratégico de La Rioja, que se efectuó según el llamado derecho de francos. También actuó repetidamente en la zona del valle medio del Ebro, en relación con los reyes de la taifa de Zaragoza, vasallos a la sazón del rey de Castilla. En noviembre de 1096 participó, junto con Gonzalo Núñez de Lara, en una expedición de apoyo a Mostain de Zaragoza, con el objetivo de auxiliar a la plaza de Huesca, que Pedro I de Aragón, tras un prolongado asedio, estaba a punto de conquistar. El rey aragonés les derrotó en la batalla de Alcoraz (18 de noviembre de 1096), y el conde García permaneció prisionero durante cierto tiempo. En el fuero de Miranda (1099) —cuya autenticidad ha sido puesta en duda— Alfonso VI manifiesta que su otorgamiento, que se concibe como proyección del fuero logroñés, se produce por recomendación del conde Ordóñez y de Urraca, su mujer. Otros diplomas reales recuerdan que, por orden de Alfonso VI, García Ordóñez se ocupó, en 1106, de la repoblación de los páramos de Garray, en las cercanías de Numancia.
Las relaciones entre García Ordóñez y el Cid constituyen un aspecto singular de la biografía de ambos. García figura como garante o avalista, junto con el conde Pedro Ansúrez, en la carta de arras que el Cid otorgó a Jimena en julio de 1074. Se hallaba a la sazón en buenas relaciones con quien iba a convertirse en su enemigo irreconciliable. El enfrentamiento entre ambos, que el Cantar del Mío Cid magnifica, se produjo en fecha no bien determinada, probablemente en 1079, cuando Alfonso VI encargó a García Ordóñez, que probablemente no era todavía conde de Nájera, la misión de reclamar al rey de Granada el pago de parias atrasadas, y, al Cid, similar empresa respecto del reticente al-Mu‘tamid de Sevilla. García Ordóñez, en compañía de otros nobles castellanos, cumplió su cometido y, en un segundo momento, a instancias del rey granadino, que se hallaba por entonces enemistado con el de Sevilla, emprendió una acción militar en contra de éste. El Campeador, quien a su vez había obtenido de al-Mu‘tamid el tributo exigido, se erigió en defensor suyo, pues se trataba de un vasallo del rey de Castilla que había satisfecho sus deudas y se hallaba bajo su protección. Según la Historia Roderici, Rodrigo Díaz derrotó por completo en Cabra a García Ordóñez y a los caballeros que le acompañaban, causando a su hueste numerosas bajas, obtuvo a sus expensas un importante botín y retuvo cautivo al conde durante tres días. El Cantar del Mío Cid añade el dato, célebre pero improbable, de que el Cid, además, le infringió la suprema vejación consistente en mesarle las barbas. Las fuentes cidianas señalan que aquella acción del Campeador, en contra de quien disfrutaba del favor real, se halla en el origen de su ulterior desavenencia con Alfonso VI.
El segundo episodio destacado en la confrontación del Cid con García Ordóñez se produjo bastantes años más tarde, en 1092, con motivo de una acción que Alfonso VI, con el apoyo del rey de Aragón, del conde de Barcelona y de las flotas de Génova y de Pisa, emprendió sobre el Reino de Valencia, con la intención de imponer sobre esa ciudad el protectorado castellano, objetivo que finalmente el Rey no pudo conseguir. Entretanto el Campeador, que veía amenazados todos sus proyectos, tomó represalias no en contra de su Rey sino sobre los dominios de García Ordóñez, su inveterado adversario, a quien consideraba un mal consejero de Alfonso VI, y, con apoyo de tropas de la taifa de Zaragoza, se adentró en La Rioja, saqueando su territorio a sangre y fuego al decir de las crónicas. García Ordóñez, si bien desafió inicialmente al Campeador, rehuyó el combate, y Rodrigo Díaz, finalizada la campaña, pudo retirarse con acopio de botín y abundancia de cautivos. Aquella acción del Cid, de apariencia reprobable, señaló el final de la tensión existente entre él y Alfonso VI.
La crónica de Jiménez de Rada recoge la noticia de que Alfonso VI confió a García Ordóñez la crianza de su hijo y heredero, el infante Sancho, habido de las relaciones del Rey con la princesa musulmana Zaida. En la primavera de 1108, el rey Alfonso, ya anciano y achacoso, puso a su hijo, del que las fuentes dicen que “era todavía niño”, al frente de un ejército importante, del que formaban parte el conde García Ordóñez, ayo del príncipe, Alvar Fáñez y otros condes y capitanes de la región de Toledo, con el objetivo de liberar la plaza de Uclés, a la que había puesto sitio Tamín, hijo del emir almorávide Alī b. Yūsuf. La batalla se celebró en los alrededores de Uclés el 29 de mayo de 1108. Tras una carga inicial victoriosa de la hueste cristiana, los contingentes de Murcia y Valencia desbordaron por las alas a los castellanos y envolvieron su campamento. El infante y García Ordóñez, con otros muchos caballeros, trataron de refugiarse en el castillo de Belinchón, donde murieron, a manos, al parecer, de los mudéjares que allí vivían. La misma crónica, inspirándose en un cantar de gesta o romance, refiere que el conde murió con dignidad sobrecogedora, protegiendo con su cuerpo al de Sancho, cuyo caballo se había derrumbado.
El juicio peyorativo de Ramón Menéndez Pidal sobre García Ordóñez, a quien califica de “la más alta eminencia de vulgaridad”, no se justifica, pues fue un eficaz servidor de su Rey en muchas empresas, repoblador y procónsul de La Rioja, donde aseguró con éxito el proceso de su incorporación a la Corona de Castilla, agente activo asimismo de las aspiraciones de Alfonso VI en dirección al Ebro y repoblador de los páramos de Numancia.
Bibl.: J. de Moret, Anales de Navarra, vol. II, Pamplona, Imprenta de Pascual Ibáñez, 1766, págs. 115b y 190a-192b; A. Huici Miranda, Las grandes batallas de la Reconquista durante las invasiones almorávides, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1956, págs. 104-109 y 115-116; R. Menéndez Pidal, La España del Cid, Madrid, Espasa Calpe, 1969 (7.ª ed.), 2 vols., págs. 163-164, 211, 223-224, 259, 419, 422, 526, 715-716 y 841; B. F. Reilly, El reino de León y de Castilla bajo el rey Alfonso VI, Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1989, págs. 103, 109, 153-156 y 256; A. Gambra, Alfonso VI. Cancillería, Curia e Imperio. I. Estudio, León, Centro de Estudios e Investigación San Isidro, 1997, págs. 486 y 597-599; M. Á. Ladero Quesada, “I. León y Castilla”, en M. Á. Ladero Quesada (coord. y pról.), La reconquista y el proceso de diferenciación política (1035-1217), en J. M.ª Jover Zamora (dir.), Historia de España Menéndez Pidal, vol. IX, Madrid, Espasa Calpe, 1998; G. Martínez Díez, El Cid histórico, Barcelona, Planeta, 1999, págs. 83, 99-102, 247-250 y 365; Alfonso VI. Señor del Cid, conquistador de Toledo, Madrid, Temas de Hoy, 2003, págs. 61-63 y 122.
Andrés Gambar Gutiérrez.
http://dbe.rah.es/biografias/14230/garcia-ordonezmarvidigezh: 1105
6
621/6 <29+13> ♂ Vela Velásquez [Ayala] 662/6 <37+?> ♂ Osório Garcia [Ordoñes]titl: Señor de Cuéllar
eured: <25> ♂ w Rodrigo Díaz de Vivar [Díaz de Vivar] g. 1043? a. a. 1099
marvidigezh: 1115
titl: Señor de Monzón.
eured: <89!> ♀ Cristina Rodríguez [Rodríguez] g. 1075
marvidigezh: C'hwevrer 1115
marvidigezh: 1094
titl: 1104, Roi d'Aragon et de Navarre
eured: <56!> ♀ Уррака I Леонская и Кастильская [Хименес] g. 24 Mezheven 1081 a. a. 11 Meurzh 1126, Burgos
freuz-dimeziñ: <56!> ♀ Уррака I Леонская и Кастильская [Хименес] g. 24 Mezheven 1081 a. a. 11 Meurzh 1126
marvidigezh: 7 Gwengolo 1134, Almuniente
titl: 1085, Comte de Ribagorce et de Sobrarbe
eured: <26> ♀ Inès de Poitiers [Poitiers] a. a. 1097
titl: 1094, Roi d'Aragon et de Navarre
eured: <27> ♀ Berta [?] , Huesca
marvidigezh: 1104, Huesca
eured: <28> ♂ Enrique de Borgoña [Capeto-Borgoña] g. 1069 a. a. 1 Du 1112
titl: 14 C'hwevrer 1095, Condessa de Portugal
marvidigezh: 1 Du 1130
eured: <29> ♂ Раймунд IV Тулузский (де Сен-Жиль) [Тулузские] g. 1046? a. a. 1105
titl: 1094, 2
eured: <30> ♂ Fernando Fernández de Carrión [Fernández]
titl: 1117, Comtesse de Sicile
eured: <31> ♂ Roger II of Sicily [Hauteville] g. 22 Kerzu 1095 a. a. 26 C'hwevrer 1154
titl: 1127, Princesse de Salerne et Duchesse d'Apulie, de Calabre et de Sicile
marvidigezh: 1151
Внебрачная дочь короля Кастилии Альфонсо Храброго, заклятого врага мусульман. Сопровождала мужа в походе в Святую землю, во время которого родила сына Альфонсо Иордана (он был так назван по месту его крещения в реке Иордан). Спустя 12 лет после смерти Раймунда, в 1117 году вышла замуж вторично — за Фернандо Фернандеса.
р. 1082 - по неустановленному источнику
р. ок. июнь 1102? ум. 8 февраль 1135 - по неустановленному источнику
р. 1100 ум. 1135 - по неустановленному источнику
Мать (до прояснения ситуации оставлены обе):
- Person:46908 - по неустановленному источнику
- Person:47084 - также по неустановленному источнику
- Person:81223 - также по неустановленному источнику
eured: <32> ♂ Pedro Gonzalez de Lara [Lara] g. 1080 a. a. 1130
eured: <33> ♂ Раймонд ? (Бургундский) [Бургундия-Ивреа] g. 1050 a. a. 24 Mae 1107, Toledo
titl: 1109, королева Галиссии
eured: <59!> ♂ Alfonso van Aragon [Jiménez] g. 1073 a. a. 7 Gwengolo 1134, Burgos
freuz-dimeziñ: <59!> ♂ Alfonso van Aragon [Jiménez] g. 1073 a. a. 7 Gwengolo 1134
marvidigezh: 11 Meurzh 1126, Saldana, Palencia, España
titl: 29 Gwengolo 1134, Huesca, Roi d'Aragon
eured: <34> ♀ Agnès de Poitiers [Ramnulfide] g. Gouere 1103 a. a. 1159, Jaca
marvidigezh: 16 Eost 1157, Huesca
marvidigezh: 1108
7
851/7 <62+20> ♂ Galindo Velázquez [Ayala] 1032/7 <69+31> ♂ Генрих [Отвиль]titl: Señor de Cuéllar
titl: Señor de Castro Xerez
eured: <37> ♂ Ramon Berenguer de Barcelone (Ramon Berenguer III) [Barcelone] g. 11 Du 1082 a. a. 19 Gouere 1131
titl: C'hwevrer 1099, Comtesse de Barcelone, de Gérone et d'Osona
marvidigezh: 1105
marvidigezh: 1108
titl: Infanta de Portugal
eured: <40> ♂ Sancho Nunes de Celanova [Celanova] g. 1070 a. a. 1130
marvidigezh: 1163
marvidigezh: 1159
titl: Старшинство Тулузьке, Священне Царство Римське, граф Тулузы, маркиз Прованса и герцог Нарбонны (1112—1148)
eured: <41> ♀ Файдива д'Юзес [Юзес]
marvidigezh: 16 Eost 1148
titl: 1112, roi de Galice
titl: 1126, roi de Castille et de Leon
eured: <42> ♀ Berenguela de Barcelone [Barcelona] g. 1108 a. a. 1149, Saldaña
titl: 1135, empereur de toutes les Espagnes
eured: <43> ♀ Richza van Polen [Piast] g. 1130 ≤ ? ≤ 1140 a. a. 16 Mezheven 1185
marvidigezh: 21 Eost 1157, La Fresneda
marvidigezh: 1110
kristenadur: 1111
titl: 1112 - 1139, Count of Portugal
titl: 1139 - 1185, King of Portugal, 1st
eured: <44> ♀ Mafalda/Matilde van Maurienne [Saboya] g. 1125 a. a. 9 Kerzu 1158, Kraków, Poland
marvidigezh: 6 Kerzu 1185, Coimbra
douaridigezh: Coimbra
eured: <45> ♀ Margaretha van de Aigle [Aigle] g. 1110 a. a. 25 Mae 1141
titl: 1134 - 1150, король Наварры
eured: <153!> ♀ w Urraca Alfonso de Castille [Bourgogne-Castille] a. a. 1164 ≤ ? ≤ 1189
marvidigezh: 21 Du 1150, Loca de Navarra
titl: 1132 - 1138, князь Бари
marvidigezh: 1138
eured: <46> ♀ Isabelle van Blois [Blois] g. 1130 a. a. 1170
titl: 1134 - 1148, герцог Апулии
marvidigezh: 12 Mae 1148, Салерно
titl: 1148 - 26 C'hwevrer 1154, герцог Апулии
eured: <120!> ♀ Margaretha van Navarra [Jiménez] g. 1130 a. a. 1183
titl: 1151 - 26 C'hwevrer 1154, король Сицилии, сопровитель
titl: 26 C'hwevrer 1154 - 7 Mae 1166, король Сицилии, 2-й
marvidigezh: 7 Mezheven 1166
titl: 1137 - 10 Here 1144, герцог Неаполя
marvidigezh: 10 Here 1144
eured: <47> ♂ Raimund Berengar IV von Barcelona [Barcelona] g. 1113 a. a. 6 Eost 1162, Lleida
titl: Eost 1150, Lérida, Comtesse de Barcelone
titl: 16 Eost 1157, Barcelona
marvidigezh: 15 Here 1173, Barcelona
8
1641/8 <100+41> ♀ Laurence de Toulouse (Comtesse de Comminges) [Toulouse]titl: Señora de Mendívil, Escarrona, Martioda, Cueto, Veto y otros lugares en Álava.
eured: <50> ♂ Iñigo Lopez de Mendoza II [Mendoza]
titl: IV Señor de Ayala.
eured: <51> ♀ Alverca (Alberta) Sanchez (de Zurbano) [Zurbano]
titl: Alférez Real de Castilla. desde el año 1158
eured: <52> ♀ Mencia Arias [?]
eured: <163!> ♀ Aldonza Rodriguez de Castro [Castro]
titl: 1124 ≤ ? ≤ 1170, IV Señor de Vizcaya. Desde el año 1124 hasta el 1170.
marvidigezh: 1170
Conde castellano, hijo de Diego López de Haro I y de María Sánchez. Desposeído de los territorios vizcaínos —señorío familiar— tras la derrota y muerte de su padre frente a las tropas de Alfonso el Batallador (1124), se mantuvo fiel a la Casa Real castellano-leonesa.
En la primavera de 1126 acató al nuevo soberano, Alfonso VII, junto a quien luchó por recuperar el control de los territorios castellanos y riojanos aún en poder del Batallador. Por entonces, Nájera, plaza muy vinculada a los Haro, estaba en manos de nobles afines a Alfonso I y lo mismo podría decirse del señorío vizcaíno. En lo que respecta a los territorios vascos, las paces de Támara (1227) legitimaron el control navarro de aquellos territorios, en manos del conde Ladrón desde la derrota de Diego López de Haro.
La reacción castellano-leonesa se vio beneficiada por la muerte de Alfonso I de Aragón y la restauración de la independencia navarra por García Ramírez.
En mayo de 1135, se halla Lope Díaz de Haro al frente de la Vizcaya nuclear, aunque Durango y las comarcas guipuzcoanas permanecieron en manos del rey García. No obstante, Alfonso VII, que había asumido la dignidad imperial, no tardó en aceptar el vasallaje de García IV, reconociendo su posesión de los territorios vascos bajo fórmulas de vasallaje. El desplazamiento de los Haro se vio completado con la permanencia del conde Ladrón Íñiguez en Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, si bien un nuevo enfrentamiento armado le deparó su captura y derrota por las tropas castellanas. El conde fue obligado a prestar vasallaje a Alfonso VII y a reconocer la incorporación de Álava a Castilla, mientras que Vizcaya y Guipúzcoa permanecían bajo soberanía navarra a cargo de Vela Ladrón, hijo del anterior.
Entre tanto, Lope Díaz de Haro I vio recompensada su fidelidad a Alfonso VII con la dignidad condal, la concesión de tierras al oeste del río Nervión, entre ellas las Encartaciones, y la tenencia de varias comarcas y fortalezas de Castilla la Vieja y La Rioja occidental.
Incluso se llega a documentarle al frente de Álava durante el sometimiento del conde Ladrón, aunque algo debió empañar la relación entre Alfonso VII y su vasallo, pues el conde Lope desaparece de la Corte en 1140. El motivo de la desavenencia pudo estar en el reconocimiento del dominio navarro sobre Vizcaya o en algún desacuerdo sobre los territorios y tenencias entregados a su cargo. De hecho, la actitud hostil de García Ramírez en los años previos, pese a haber jurado vasallaje al Emperador, fue solventada con nuevas paces en 1140, que volvieron a sancionar el control navarro de los territorios vascos.
No se sabe si Lope Díaz de Haro I participó en la conquista del Alto Valle del Guadalquivir y la ciudad de Almería (1147), pues nada dicen las fuentes.
No obstante, parece que había recuperado el favor regio, aunque ello no evitó nuevos acuerdos entre Alfonso VII y la familia Ladrón, quienes confirman en los diplomas de Sancho III desde 1153, aún bajo la autoridad del Emperador. La presencia de Don Sancho III en Nájera explica la vinculación de Lope Díaz de Haro I con el que sería sucesor de Alfonso VII, pues el conde era tenente de aquella localidad y se había asentado en las comarcas del Alto Ebro. En los primeros meses de 1158, al poco de acceder Sancho III al trono castellano, se halla al magnate a cargo de la alferecía regia, sin abandonar su decidida participación en el gobierno y defensa de La Rioja durante los años difíciles que siguieron a la muerte del Soberano.
Las disputas políticas durante la minoría de Alfonso VIII, cuya Corte se encontraba dominada por los Lara, ampliaron el poder de Lope Díaz de Haro, pues la conflictividad reinante en las comarcas fronterizas de Castilla y León dejaron el sector nororiental en manos del tenente de Nájera, que también controlaba Castilla la Vieja y Trasmiera. El conde Lope Díaz gozó de gran autonomía y poder en los territorios bajo su mando, en connivencia con los Lara. Esta actitud encontró su paralelismo en las alianzas matrimoniales, pues Lope Díaz de Haro casó con Aldonza, dama gallega emparentada con los Traba y, por tanto, familiar de Teresa Fernández, esposa de Nuño Pérez de Lara. A su vez, dos de las hijas de Lope Díaz enlazaron con Álvaro Pérez y Pedro Rodríguez de Lara, mientras que su hijo y heredero, Diego López de Haro II, contrajo esponsales con María Manrique de Lara.
Los ataques navarros en torno a 1163, cuando Sancho VI llegó a ocupar Logroño, Álava, Grañón y otras localidades de la región, evidencian la debilidad castellana durante aquellos años. Sin embargo, no se puede olvidar que esta fecha coincide con la marcha del conde Vela Ladrón, noble navarro que había acudido a la Corte castellana unos años antes y que estuvo al frente de Álava y gran parte de Vizcaya antes, durante y después de su presencia en Castilla, pues su regreso a la obediencia navarra supuso el retorno a este reino de las comarcas vascas que controlaba. En momentos como éste se demostró la valía del conde Lope Díaz y el oportunismo de sus acuerdos con los Lara, pues los castellanos no tardaron en recuperar posiciones en La Rioja, hasta que las paces de 1167 pusieron formalmente fin a las hostilidades. Eso sí, reconociendo la ocupación navarra de Logroño.
La confianza que los Lara otorgaron a Lope Díaz de Haro I se plasma perfectamente en 1165, cuando el conde y su yerno Álvaro Pérez de Lara se encargaron temporalmente de la custodia del joven Alfonso VIII.
El magnate aprovechó la ocasión para beneficiar al monasterio najerense de Santa María la Real, contando con la complicidad de Álvaro Pérez de Lara y Pedro Jiménez de los Cameros. Eran momentos difíciles, pues a los conflictos existentes con el reino de León se sumaba la continua hostilidad navarra en La Rioja, frenada por la presencia del conde Lope Díaz de Haro en Nájera y su fidelidad, como la de los señores de los Cameros, a Alfonso VIII. Es posible que la dificultad de defender los territorios a su cargo llevara a Lope Díaz de Haro a renunciar al control de Castilla la Vieja, en manos del conde Nuño Pérez de Lara en 1169, aunque mantuvo el gobierno de Nájera.
El conde Lope Díaz de Haro I pudo contemplar el acceso de Alfonso VIII a la mayoría de edad, pero no vivió mucho más, pues falleció en la primavera de 1170. Fue entonces cuando el conde Nuño de Lara, anterior regente de Castilla, recibió la tenencia de Nájera.
En lo que respecta a Vizcaya, la parte oriental del señorío y los territorios de Álava estuvieron controlados por la familia Ladrón, por lo que Lope Díaz de Haro sólo pudo transmitir a su hijo el gobierno del sector occidental vizcaíno, próximo a su tenencia de Trasmiera.
Lope Díaz de Haro I había casado en dos ocasiones, sin que se conozca el nombre de su primera mujer.
De este enlace nacieron Lope y Sancho López, aparte de otras dos probables hijas, Sancha y María.
Sin embargo, su descendencia más destacada fue la habida en la condesa Aldonza. De este matrimonio nacieron Diego López de Haro II, que le heredó al frente de su parentela y dominios, y Rodrigo, García, Urraca, Mencía, Estefanía, Aldonza, Elvira y Toda López. De ellos, aparte del mencionado sucesor, son de destacar Urraca López de Haro, reina de León por su matrimonio con Fernando II, y la condesa Mencía, que llegó a ser abadesa del monasterio de San Andrés de Arroyo y testamentaria de Alfonso VIII.
Bibl.: J. A. Llorente, Noticias históricas de las tres provincias vascongadas [...] de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya y el origen de sus fueros, Madrid, Imprenta Real, 1806-1808, 5 vols.; L. de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Haro, Madrid, Imprenta Vicente Rico, 1920, 2 vols. (ed., pról. y notas de D. de la Válgoma y Díaz-Varela, Madrid, Real Academia de la Historia, 1959); L. Sánchez-Belda (ed.), Chronica Adefonsi Imperatoris, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1950; J. González González, El Reino de Castilla y León en la época de Alfonso VIII, Madrid, CSIC, 1960; E. de Labayru, Historia general del señorío de Vizcaya, Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1968; VV. AA., Edad Media y señoríos: El señorío de Vizcaya, Bilbao, Excma. Diputación de Bizkaia, 1972; G. de Balparda y de las Herrerías, Historia crítica de Vizcaya y de sus fueros, Bilbao, Caja de Ahorros Municipal, 1974; G. Monreal Cía, Las instituciones públicas del Señorío de Vizcaya (hasta el siglo xviii), pról. de A. García Callo, Bilbao, Diputación de Vizcaya, 1974; M. Recuero Astray, Alfonso VII Emperador: el imperio Hispánico en el siglo xii, León, Centro de Estudios e Investigación San Isidoro, 1979; B. F. Reilly, The Kingdom of León-Castilla under Queen Urraca, 1109-1126, Princeton, Princeton University Press, 1982; VV. AA., Congreso de estudios históricos sobre Vizcaya en la Edad Media, San Sebastián, Txertoa, 1986; J. Canal Sánchez- Pagín, “La casa de Haro en León y Castilla durante el siglo xii. Nuevas conclusiones”, en Anuario de Estudios Medievales, XXV, 1 (1995), págs. 3-37; J. A. García de Cortázar y Ruiz de Aguirre, “El señorío de Vizcaya: personalidad y territorialidad en la estructura institucional de un señorío bajomedieval”, en M. Á. Ladero Quesada, et al., Poderes públicos en la Europa Medieval: principados, reinos y coronas, XXIII Semana de Estudios Medievales, Estella, 22-26 de julio de 1996, Pamplona, Departamento de Educación y Cultura, 1997, págs. 117-148.
eured: <53> ♂ w Roger III von Foix [Comminges] a. a. 1148
titl: 1124, Comtesse de Foix
eured: <83!> ♂ w Вильгельм I "Злой" де Отвиль (Сицилийский) [Отвиль] g. 1125 a. a. 7 Mezheven 1166
marvidigezh: 1183
titl: Señora de Aveiro
titl: Gran Maestre de la Orden de Avis, 1°
marvidigezh: 1169
titl: 1150 - 1194, Roi de Navarre
eured: <116!> ♀ Sancha van Leon [Bourgondië-Castilië] g. 1140 a. a. 5 Eost 1179, Carrión de los Condes, Spanien
marvidigezh: 27 Mezheven 1194, Pamplona
eured: <121!> ♀ Sancha van Navarra [Jiménez] g. 1133 a. a. 1158, Calahorra de Boedo
titl: 1157, Rey de Castilla.
marvidigezh: 31 Eost 1158, Toledo
eured: <118!> ♂ Sancho III van Castilie [Bourgondië-Castilië] g. 1133 a. a. 31 Eost 1158, Calahorra de Boedo
titl: 30 Genver 1151, Calahorra de Boedo, Infante de Castille
titl: 1157, Reine de Castille
marvidigezh: 1158
eured: <54> ♀ Constance van Frankrijk [Capet] g. 1128? a. a. 16 Eost 1180
marvidigezh: Kerzu 1194, Ним, 30000, Гар, Окситания, Франция
douaridigezh: Ним, похоронен в соборе Богоматери и святого Кастора
eured: <55> ♀ Сибилла Меданская Ачерра [Отвили] g. 1153 a. a. 1205
titl: 18 Genver 1190 - 20 C'hwevrer 1194, roi de Sicile
marvidigezh: 20 C'hwevrer 1194, Palerme, Sicile
titl: Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén
marvidigezh: 1205
eured: <56> ♂ Humbert III de Savoie [Savoie] g. 1 Ebrel 1136 a. a. 4 Meurzh 1189
marvidigezh: 1154
titl: Condestable de Portugal
marvidigezh: 1172
titl: 1157 - 21 Genver 1188, король Леона
eured: <125!> ♀ w Уррака Португальская [Бургундские-Португалии] g. 1151 a. a. 16 Here 1188
freuz-dimeziñ: <125!> ♀ w Уррака Португальская [Бургундские-Португалии] g. 1151 a. a. 16 Here 1188, Mariage annulé par le pape Alexandre III
eured: <57> ♀ Teresa Fernandez de Trava [Trava] g. 1155 a. a. 6 C'hwevrer 1180
eured: <58> ♀ Urraca Lopez de Haro [Haro] g. 1150 a. a. 1226
marvidigezh: 22 Genver 1188, Benavente
eured: <119!> ♂ Sancho VI von Navarra [Jiménez] g. 1132 a. a. 27 Mezheven 1194, Carrión de los Condes, Spanien
titl: 2 Mezheven 1153, Reina Consorte de Navarra.
marvidigezh: 5 Eost 1179
darvoud all: Genver 1154
eured: <59> ♂ Людовик VII Молодой Капетинг [Капетинги] g. 1120 a. a. 18 Gwengolo 1180
titl: Genver 1154, Reine de France
marvidigezh: 4 Here 1160, St Denis
ganedigezh: 5 Meurzh 1147
titl: 16 Eost 1148, граф Тулузы, герцог Нарбонны и маркиз Прованса
marvidigezh: 1175 ≤ ? ≤ 1189
titl: Infanta de Portugal
marvidigezh: Genver 1160
titl: принцесса Португальская
eured: <115!> ♂ Ferdinand II von León [Burgund-Kastilien] g. 1137 a. a. 22 Genver 1188
freuz-dimeziñ: <115!> ♂ Ferdinand II von León [Burgund-Kastilien] g. 1137 a. a. 22 Genver 1188, Mariage annulé par le pape Alexandre III
marvidigezh: 16 Here 1188, Вальядолид
titl: C'hwevrer 1154 - 11 Meurzh 1161, герцог Апулии
marvidigezh: 11 Meurzh 1161
douaridigezh: Кафедральный собор, Палермо, после 1183 года его останки были перенесены Вильгельмом II в кафедральный собор в Монреале
marvidigezh: 1158
titl: 7 Mae 1166 - 18 Du 1189, король Сицилии, 3-й
eured: <61> ♀ Joan Plantagenet [Plantagenet] g. Here 1165 a. a. 6 Ebrel 1199
marvidigezh: 18 Du 1189, Palermo, Italien
titl: 18 Genver 1174, Infanta de Castilla.
eured: <122!> ♂ Alfons II d'Aragon [Barcelona] g. 1 Meurzh 1157 ≤ ? ≤ 25 Meurzh 1157 a. a. 25 Ebrel 1196, Zaragoza
marvidigezh: Du 1208, Villanueva de Sigena, Spain, Monastery of Sijenna
eured: <124!> ♀ Dulce de Barcelona [Barcelona-Aragón] g. 1159 a. a. 1 Gwengolo 1198
titl: 1185 - 1212, King of Portugal, 2nd
marvidigezh: 26 Meurzh 1212, Coimbra, Portugal
douaridigezh: ?, Coimbra, Monastery of Santa Cruz (Coimbra)
eured: <62> ♂ Philipp von Elsass [Châtenois] g. 1136? a. a. 1 Mezheven 1191
eured: <63> ♂ Odo III von Burgund [Älteres Haus Burgund] g. 1166 a. a. 6 Gouere 1218
titl: 1193, Duchesse de Bourgogne
torr-dimeziñ: <63!> ♂ Odo III von Burgund [Älteres Haus Burgund] g. 1166 a. a. 6 Gouere 1218
marvidigezh: 6 Mae 1218, Furnes
titl: Comte de Barcelone
titl: Comte de Roussillon
eured: 30 Genver 1160
titl: 18 Gouere 1164, Perpignan (66), König von Aragón
titl: 1166, Comte de Provence
eured: <131!> ♀ Sancha de Castilla [Burgundy-Castilla] g. 21 Gwengolo 1154 a. a. Du 1208, Zaragoza
marvidigezh: 25 Ebrel 1196, Perpignan (66)
marvidigezh: 5 Ebrel 1181
eured: <128!> ♂ Sancho I of Portugal ("the Popular") [Burgundy-Portugal] g. 11 Du 1154 a. a. 26 Meurzh 1212
marvidigezh: 1 Gwengolo 1198, Coimbra
titl: князь Капуи
marvidigezh: 1171
marvidigezh: 1160
marvidigezh: 1160
titl: 1168, Comte de Cerdagne
titl: 1181, Comte de Provence
eured: <64> ♀ Ermesenda de Rocaberti [Rocaberti]
eured: <65> ♀ Sancha Nunez de Lara [Nunez]
titl: 1209, Comte de Roussillon
marvidigezh: 1223
marvidigezh: 1164 ≤ ? ≤ 1189
marvidigezh: > 1170
Pedro Taques, de quem copiamos esta notícia sobre os Antas Moraes e que por sua vez copiou-a do título dos Braganções na livraria de José Freire Monte Arroio Mascarenhas em 1757, descreve a ascendência dos Antas Moraes como segue:
(...) 4.° D. Fernandes Mendes, rico homem, senhor de Bragança e mais terras de seu pai; foi chamado o Braganção, e por outro nome o Bravo. Achou-se com el-rei D. Affonso Henriques em todas as guerras de seu tempo, e na batalha do campo de Ourique. Casou com D. Theresa Affonso, filha ilegítima do mesmo rei, que o conde D. Pedro diz, no título 38, fls. 204, a tirara ao conde D. Sancho Nunes de Barbosa, de quem era mulher, para lhe aplacar a ira de se rirem dele quando lhe caiu a nata pelas barbas comendo com el-rei à mesa em Coimbra; o que Brandão tem por fabuloso, e convém em que foi casado com D. Sancha Henriques, irmã do mesmo rei D. Affonso Henriques, o que prova com a escritura que alega no liv. 8.ð, cap. 27, part. 3.®. O mesmo conde D. Pedro e o cronista Brandão afirmam que não teve dela filhos, e que, por haver feito doação da cidade de Bragança, ficara, por sua morte, incorporada na coroa; porém João Baptista Lavanha, alegando o livro antigo, diz que fora casado com outra mulher, que Brandão no lugar já citado diz fora D. Theresa Soares, f.® de D. Soeiro Mendes o Bom da Maia, e que dele tivera a seu filho que segue:
5.° D. Pedro Fernandes o Braganção, que o cronista Brandão chama: Pedro Fernandes de La Hadra, foi alcaide-mor de Bragança no ano de 1193, em que el-rei de Leão a teve cercada, e o rei D. Sancho I a foi socorrer, como consta da escritura original do mosteiro de S. Salvador de Castro Avellães, e a refere José Cardoso Borges nas noticias de Bragança. Porque ocupava algumas fazendas pertencentes à Sé de Braga, o arcebispo D. João de Peculiar passou carta de excomunhão contra ele, como consta do livro do cabido da Sé de Braga à fls. 118; e do livro das inquirições que mandou fazer das honras do reino o sr. rei D. Affonso III, consta que este D. Pedro Fernandes o Braganção deu à ordem do hospital a vila e igreja de S. Pedro Velho, e a vila de Val-maior, que foram de seus avós. O livro antigo diz que casou com D. Froile Sanches, filha do conde D. Sancho Nunes de Barbosa e de sua mulher D. Theresa Affonso, filha de el-rei D. Affonso Henriques. E teve:
(...)